Suicidas

cartel suicidasCon la de porquería que nos llega de fuera, la verdad es que sabe mal tener que dar palos a la producción nacional… ¡Pero es que está siendo muy flojita!
Vamos allá: El club de los suicidas, o el suicidio de Roberto Santiago, Fernando Tejero y compañía, que vienen a sumarse a Enrique Gabriel y sus Suspiros del corazón, y a Santiago Lorenzo y su Un buen día lo tiene cualquiera, entre otros desastres.
Para no personalizar, citemos a dos colegas de la prensa catalana.
Eduardo de Vicente, en El Periódico de Catalunya: «Esta interesante trama se pierde entre actores y tics televisivos, diálogos previsibles y contadas carcajadas. La historia de amor no resulta demasiado creíble, y su director no desaprovecha la oportunidad de incluir, íntegramente, una canción de Sabina, muy adecuada eso sí, pero que huele a videoclip de transición. Quizá habría sido más honrado que fuera una película para televisión.»
Y Jordi Costa, en El País: «El caso de Santiago es paradigmático: se dio a conocer con un corto notable (Ruleta, 1999), pero ha acabado haciendo cine español en el peor sentido de la expresión. Comedia de falso costumbrismo poblada de actores atrapados en su propio cliché (…) El único suicidio palpable es el del posible autor que prefirió ser profesional posibilista.»

cartel suicidasAmb la de brossa que ens arriba de fora, la veritat és que sap greu haver de donar pals a la producció nacional… Però és que està sent molt fluixeta!
Anem al grà: El club de los suicidas, o el suïcidi de Roberto Santiago, Fernando Tejero i companyia, que vénen a sumar-se a l’Enrique Gabriel i els seus Suspiros del corazón, i a Santiago Lorenzo i el seu Un buen día lo tiene cualquieral, entre d’altres desastres.
Per a no personalitzar, citarem l’opinió de dos col·legues de la premsa catalana.
Eduardo de Vicente, a El Periódico de Catalunya: «Aquesta interessant trama es perd entre actors i tics televisius, diàlegs previsibles i comptades riallades. La història d’amor no resulta massa creïble, i el seu director no desaprofita l’oportunitat d’incloure, íntegrament, una cançó de Sabina, molt adequada això sí, però que olora a videoclip de transició. Potser hauria estat més honrat que fora una pel·lícula per a televisió.»
I Jordi Costa, a El País: «El cas de Santiago és paradigmàtic: es va donar a conèixer amb un curt notable (Ruleta, 1999), però ha acabat fent cinema espanyol en el pitjor sentit de l’expressió. Comèdia de fals costumisme poblada d’actors atrapats en el seu propi clixé (…) L’únic suïcidi palpable és el del possible autor que va preferir ser professional possibilista.»

Esteve Riambau

Esteve RiambauJa ens agrada, ja, que l’Esteve Riambau, crític seriós, director de cinema i professor universitari, ens doni el seu suport. Recordeu l’article sobre Woody Allen, una mica més avall, en el que parlàvem que potser érem una mica babaus.
Doncs avui, l’amic Riambau en parla també a les planes de l’Avui. Entre d’altres coses diu: «No sé si aquest cop també deu haver passat per la plaça de Sant Jaume però, entre el rodatge d’un tràveling i un primer pla de Scarlett Johansson, algú hauria d’explicar a Woody Allen que els catalans no som tan provincians com li hem demostrat aquestes darreres setmanes (…). Fer el ridícul amb Woody Allen, en canvi, té molts més riscs, i el primer és que a ell se li ocorri rodar el seu film sobre aquest tema. En trauria molt de suc».

Esteve Riambau

Esteve RiambauYa nos gusta, ya, que Esteve Riambau, crítico serio, director de cine y profesor universitario, nos dé su apoyo (indirecto, claro está).
Quizás recordéis nuestro artículo sobre Woody Allen, un poco más abajo, en el que hablábamos que tal vez éramos un poco paletos. Pues hoy, el amigo Riambau habla también del tema en las páginas del diario Avui. Entre otros cosas dice: “No sé si también han pasado por la plaza de Sant Jaume pero, entre el rodaje de un tráveling y un primer plano de Scarlett Johansson, alguien tendría que explicar a Woody Allen que los catalanes no somos tan provincianos como hemos demostrado estas últimas semanas (…). Hacer el ridículo con Allen, en cambio, tiene muchos más riesgos, y el primero es que a él se le ocurra rodar un filme sobre este tema. Sacaría mucho zumo”.

Steve Carell

Steve CarellEl colega Jordi Costa le da un palo al protagonista de Sigo como Dios, en El País. No es para menos.
«Envarado malabarista del subtexto y hábil reciclador del patetismo como elocuente voz cómica, Steve Carell es capaz de convertir un acto tan cotidiano como el recorte del vello nasal en un espectáculo irresistible […] Carell obliga a sus incondicionales a realizar un considerable acto de fe: seguir encontrándole gracioso, mientras permanece encerrado en el diseño inteligente de una comedia aparatosa concebida para no perturbar a aquellos sectores del público americano que creen firmemente en el creacionismo. Los imperativos del mercado lobotomizan con mayor eficacia que la vieja censura».

Steve Carell

Steve CarellEl col·lega Jordi Costa li dóna un pal al protagonista de Sigo como Dios, al diari El País. No n’hi ha per menys.
«Envarado malabarista del subtexto y hábil reciclador del patetismo como elocuente voz cómica, Steve Carell es capaz de convertir un acto tan cotidiano como el recorte del vello nasal en un espectáculo irresistible […] Carell obliga a sus incondicionales a realizar un considerable acto de fe: seguir encontrándole gracioso, mientras permanece encerrado en el diseño inteligente de una comedia aparatosa concebida para no perturbar a aquellos sectores del público americano que creen firmemente en el creacionismo. Los imperativos del mercado lobotomizan con mayor eficacia que la vieja censura».